El Banco Central de Turquía se reúne este jueves para fijar los tipos de interés. La atención se centrará en el ritmo al que se endurece la política monetaria, ya que la nueva gobernadora del banco central, Hafize Gaye Erkan, persigue una política monetaria más ortodoxa. Hasta ahora, cabe decir que el ritmo de endurecimiento de la política en los últimos meses (900 puntos básicos) ha defraudado las expectativas del mercado. Y otra subida de tipos de 250 puntos básicos, hasta el 20%, en el repo a una semana de hoy seguiría dejando los tipos reales en territorio profundamente negativo, dado que la inflación se acerca al 50%.
Como escribe Muhammet Mercan, economista jefe de ING, el endurecimiento más modesto puede explicarse quizás porque el banco central está estudiando una serie de ajustes en las herramientas no ortodoxas y el endurecimiento cuantitativo para complementar las subidas de tipos. También se especula con la posibilidad de que el ritmo de las subidas de tipos se acelere, dados los tres nuevos miembros nombrados para el Comité de Política Monetaria.
¿Qué significa todo esto para la lira turca? “Aunque el 35% de rendimiento implícito en los futuros a tres meses convierte a la lira en una moneda de alto rendimiento, no parece que la divisa haya atraído aún la demanda internacional para el popular carry trade. Si el banco central logra reducir la inflación y las expectativas de inflación, haciendo que los tipos reales sean mucho menos negativos, la lira podría empezar a encontrar un apoyo más amplio. De lo contrario, la depreciación gradual a causa de la elevada inflación parece ser el camino más probable”, explica Chris Turner, también de ING.