Ya hace más de un año que el BCE comenzó la senda de las subidas de tipos después de muchos años de coste cero para los acreedores. Ahora, el rebote de la inflación ha obligado a la institución monetaria a elevar el precio del dinero hasta situarlo en el 4,25% que marca en la actualidad. Y, aunque el mercado todavía espera al menos un último alza de otros 25 puntos básicos, el consenso ya es claramente mayoritario en torno a la idea de que esa sea la última subida y que, a partir de entonces, nos espera un periodo más o menos largo de estabilidad en los tipos de interés europeos que precederá a la esperada normalización de los mismos.
Los bancos son probablemente las compañías más expuestas a estos cambios y como tales se han revalorizado considerablemente durante los últimos 13 meses. Sin embargo, estos fortísimos ascensos no han sido suficientes para borrar el descuento sobre su valor en libros al que ya cotizaban antes del inicio de las subidas de tipos. El sector doméstico se anota durante el último año más de un 40% en bolsa (aunque ayer encabezaron las pérdidas del Ibex), lo que ha hecho que su precio/valor en libros pase de las 0,5 veces a las 0,7 que promedia actualmente. En todo este tiempo, se ha abierto ligeramente la diferencia con la banca de la eurozona, que ahora se sitúa cerca de las 0,65 veces su valor contable. En este sentido, hay que recordar que el promedio durante los últimos 10 años de tipos cero ha sido de 0,65 veces y que solo durante algún momento concreto entre 2017 y 2018 se ha rebasado el valor contable (hacia esas fechas el mercado descontaba un inicio de subidas de tipos que finalmente no llegó a darse).
“A la banca española realmente le ha empezado a ir bien a partir del cuarto trimestre del año pasado o el primero de este, cuando ya podemos tener comparativas interanuales mejoradas, especialmente en los márgenes por intereses”, explica Nuria Álvarez, analista de banca de Renta 4. “Pero es que aunque no hubieran hecho nada, por el simple hecho de tener los tipos más altos ya ganarían más dinero automáticamente”, agrega. “Los márgenes han mejorado enormemente pero, sobre todo, porque el pasivo no está siendo prácticamente remunerado”, explica Rafael Valera, CEO y gestor de Buy & Hold. “En contra, tienen la disminución del apetito por el crédito hipotecario como estamos viendo en los últimos datos”, agrega el experto.
Y es que 2023 va a ser por fin el año en el que la banca española recupere el doble dígito de ROE (rentabilidad sobre el capital invertido), que es una de las medidas que indican cómo de rentables son los ingresos que logran las entidades. Y es que, salvo un pequeño tramo a finales del año 2021, cuando se anticipaba un ROE para ese ejercicio del 10% de media, en la última década el entorno de tipos cero ha hecho imposible que los bancos españoles se acerquen a ese nivel (con la excepción de Bankinter, cuya naturaleza de negocio más enfocada a la gestión de altos patrimonios sí le permitía tener ROEs de doble dígito incluso en ese entorno).
Precisamente es Bankinter el único banco español que está cotizando por encima de su valor en libros. BBVA y CaixaBank lo hacen por encima de las 0,8 veces. Santander roza las 0,6 veces mientras que Unicaja y Sabadell no llegan a las 0,5 veces, ofreciendo los mayores descuentos -ver gráfico-. En este contexto, es a BBVA al que el consenso de analistas da un menor potencial de cara al próximo año, un 22%. La sigue Bankinter, con un 26% de recorrido hasta su precio objetivo medio. Todos los demás cuentan con potenciales de más del 30%. Unicaja goza del mayor descuento hasta su valor en libros y el mayor potencial alcista, un 36%. Todas ellas, salvo Sabadell y Bankinter, que son un mantener, reciben una recomendación de compra por parte del consenso de analistas.
ROEs de doble dígito
Ya a cierre de 2022 hubo tres de los seis bancos que lograban rentabilidades sobre el capital de doble dígito. Además del mencionado Bankinter lo consiguieron BBVA y Santander, precisamente gracias a la exposición que tienen a otros mercados donde los tipos ya estaban altos desde antes, como el latinoamericano. De cara a este año, CaixaBank entra en este selecto grupo, mientras que Unicaja y Sabadell se quedan rezagados.
“Las valoraciones siguen siendo bajas y están descontando un escenario de crisis que no es el real, lo que genera una clara oportunidad en el sector”, arguyen en Berenberg. De media, están cotizando a un PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) de 6,3 veces, siendo el más bajo de todos el multiplicador de Sabadell, por debajo de las 6 veces. Hay que recordar que las medias de la última década oscilan entre las 9 y las 12 veces, por lo que queda margen de subida hasta que lleguen ahí.
Los resultados sorprendieron al alza
Una a una en las últimas presentaciones de resultados, las entidades bancarias han ido superando las previsiones de los analistas. En la última, la del segundo trimestre del ejercicio, también lo han hecho. Sus beneficios quedaron un 5% por encima de las expectativas del consenso que recoge Bloomberg mientras que los ingresos lo hicieron en más de un 2%. Estas cifras equivalen a un beneficio por acción y unas ventas casi un 15% superiores a los del mismo periodo del año pasado.
Esto contrasta con el panorama que se ha impuesto en la bolsa española en general, cuyos beneficios se han reducido en más de un 2% en este trimestre, con unas ventas casi un 9% por debajo de las del año pasado. Tras esto, se realizaron los tests de stress a la banca europea, en la que el sector se mostró con una gran resistencia, un 15% de capital CET 1 fully loaded, una ratio de capital del 16,3% con la que podrían afrontar provisiones de crédito y un mayor riesgo de mercado.