- La recuperación que se preveía para la deuda mundial este año se está haciendo esperar
- Los inversores están a punto de comprar quela Fed subirá tipos una vez más antes de 2024
- Los mercados descuentan que los recortes de tipos empezarán en mayo del año que viene
En un año que prometía ser muy positivo para la renta fija, con el consenso de analistas destacando desde el primer momento las buenas perspectivas que había para este tipo de activos, a casi cuatro meses de terminarlo, de nuevo el inversor medio está viendo cómo su cartera de bonos pierde un 0,6%. Los precios de los bonos no consiguen repuntar, a medida que las rentabilidades a vencimiento de la deuda aumentan, al anticipar que la política monetaria será más restrictiva de lo que se esperaba.
El ejercicio está siendo especialmente negativo para los bonos soberanos: es la peor categoría de las principales que recoge Bloomberg, con caídas del 1,7% desde el primer día del ejercicio. La cesta mundial de deuda de la agencia, el Bloomberg Global Aggregate, recoge títulos de todo tipo, con distintas calificaciones, y ayer volvió a caer al terreno negativo en el año. Se pierde un 0,61%, con una rentabilidad a vencimiento para el índice que ya alcanza el 4,1%.
Aunque la deuda mundial ya deja pérdidas en el año a los inversores, no todas las categorías de renta fija se están comportando tan mal como el soberano. Con los bonos corporativos los inversores ganan un 0,6% desde el primer día del ejercicio, y con el high yield, la categoría de más riesgo, las subidas alcanzan el 5,4% en 2023.
Los bonos quieren recesión
En muchas ocasiones, el mercado de renta fija es un paradigma de cuanto mejor, peor. Cuanto mejor le vaya a la economía, peor le irá al inversor en deuda, y viceversa. Este año está siendo un buen ejemplo de ello. Las buenas perspectivas de los analistas se sostenían sobre el argumento de que los principales bancos centrales del planeta, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE), no endurecerían en exceso su política monetaria, ya que la economía empezará a dar síntomas de agotamiento en algún momento del año.
Por el momento no ha ocurrido, esquivándose una recesión severa, al mismo tiempo que el mercado laboral, una de las claves que vigilan los bancos centrales en este momento del ciclo para tomar sus decisiones, sigue manteniendo una fortaleza inesperada, y más después de la subida de tipos más agresiva de la historia en Europa, y en más de 4 décadas en Estados Unidos. Si la economía entra en una situación problemática, los expertos siguen esperando que los bonos sean los activos que más se beneficien de esta situación.
Charles Diebel, responsable de Renta Fija de MIFL, explica cómo “los efectos del endurecimiento monetario no se materializan inmediatamente ni en todas partes a la misma velocidad”, señala, mientras que “la tasa de empleo y el sector servicios se mantienen, lo que hace que muchos expertos se muestren optimistas”.
Para Diebel, “los inversores no deben dejarse engañar por los datos económicos positivos. Aún no se ha dejado sentir toda la fuerza del endurecimiento monetario: el efecto se retrasa, pero llegará”. En este sentido, “tras las ventas de principios de año, el mercado de bonos ha ido fluctuando durante un tiempo y todavía hay muchos puntos de entrada baratos”, y avisa de que “una vez que los mercados de bonos empiecen a recuperarse, los inversores con exposición a bonos podrán esperar plusvalías, pero es poco probable que veamos este escenario este año”, explica.
¿Una subida más de la Fed?
Los inversores están buscando pistas en este momento que les ayuden a anticipar el próximo movimiento de tipos de la Fed. Después de aumentar el precio del dinero 550 puntos básicos en poco más de un año, el organismo es consciente de que el proceso de endurecimiento de su política está llegando a su fin. Sin embargo, los mercados no esperaban que pudiese haber todavía más subidas de tipos durante este ciclo, y la posibilidad de que haya otro aumento de 25 puntos básicos antes de 2024 está ganando fuerza, y es uno de los factores que está generando las ventas de bonos que se están produciendo en los últimos días.
La publicación de las actas de la última reunión de la Reserva Federal, la semana pasada, está presionando cada vez más a los inversores a descontar que la subida de tipos llegará, algo que encaja con las previsiones de tipos de los propios miembros de la Fed.
Aunque todavía no se descuenta por completo, los mercados están a punto de comprar que habrá otra alza de tipos de 25 puntos básicos en la reunión del próximo noviembre, según los datos que recoge Bloomberg. Será la última en este ciclo, antes de que empiece el proceso de recortes en el precio del dinero, que dará comienzo en mayo, si se cumple lo que los mercados han puesto en precio.