Fue el pasado 29 de junio de 2023, cuando en España entró en vigor la nueva ley que prohibía las llamadas comerciales sin consentimiento previo, es decir, la típica llamada de spam que recibías (normalmente a deshoras) para tratar de venderte un producto o servicio.
Es un hecho que las compañías de teleoperadoras realizaban un marketing muy agresivo, en el que la mayoría de las veces el potencial cliente acababa colgando enfadado por la hora y momento en el que le llamaban para venderle algo que no quería. Pero ya no solo eso, sino que esto se podía repetir varias veces en un mismo día.
Es cierto que ya existían técnicas para acabar con este “abuso”, como apuntarte a la Lista Robinson, pero con la entrada en vigor del artículo 66.1 de la Ley General de Telecomunicaciones, las llamadas comerciales “con fines comerciales sin consentimiento previo” quedaban prohibidas y las compañías podían ser multadas con sanciones de hasta 100.000 euros.
Pero, entonces ¿por qué sigo recibiendo llamadas?
Es cierto que desde finales de junio este tipo de llamadas se han reducido enormemente, pero aun así todavía hay muchos usuarios que siguen recibiendo este tipo de llamadas spam, y es que como suele ocurrir con las leyes, hay una excepción a la cual estas empresas se agarran como pueden.
Esto es porque hay algún vacío legal y cláusula escondida donde las compañías se respaldan. Se trata de la letra pequeña de los contratos que los usuarios aceptan al navegar en internet y entrar en páginas web.Es decir, muchas veces, cuando aceptas ‘cookies’ o los ‘términos y condiciones’ de una web estás aceptando también recibir llamadas de este tipo.
Es la letra pequeña, que por norma general nadie se lee y se acepta sin saber, que en realidad has dado permiso para que te llamen. De esta manera, al haber aceptado tú que te llamen, las empresas tienen el “interés legítimo” que necesitan para hacer estas llamadas.
El problema, es que las empresas podrán seguir llamando a los usuarios que han aceptado estos términos y condiciones y que figuren en sus listas de clientes, o aquellos que se hayan dado de baja en los últimos 12 meses, alegando un interés legítimo de estos para hacer una venta, y no hay nada que se puede hacer.